30.4.14

Yo pensaba que cuando por fin llegara el otoño bonito, sería más feliz, todo lleno de hojitas que suenan al pisarlas y que decoran el paisaje más lindo del año. 
Pensaba.
Recuerdo que el otoño anterior fue un tanto parecido, aunque tuvo buenas tardes. Pero fue lo más parecido a estar sola, aunque tenía a quién tomarle la mano. Este otoño comenzó parecido. 
No hay sabor a nada.
Yo quería querer sin escribir, yo quería no escribir nunca mas, quería que se me olvidaran las palabras de melancolía, las palabras que significan grises, quería que el otoño fuese como me lo había imaginado toda mi vida. Lo cierto es que no hay otoño que me sea favorable.
Yo en serio quería tomarle la mano para no soltarla, en serio quería besarlo hasta cuando no quisiera, en serio habría fingido que nunca vi nada, pero mis labios mienten mejor que mis ojos. Mis ojos nunca mienten y aunque he tratado de entrenarlos, de mostrarles como hacer para confundir a alguien, lo cierto es que me delatan, aunque suene cliché. Mis ojos dicen lo que mi boca no se atreve. 
Me duelen tus palabras.
Yo no te obligué, tu lo dijiste, ocho palabras que terminaron de sentenciar mi pena. Ocho palabras que debería escribir entre comillas para enfatizar mi angustia. Ocho palabras que me dijiste con voz segura, pero que seguramente a la desterrada no le dijiste ninguna sobre mi. De mi solo hubo silencio. Y es que nadie puede competir con la Afrodita del bosque, nadie puede. Ni mis palabras, ni mis cariños ni nada de lo que yo pueda darte puede competir con lo que ella te regale. 
Si yo fuese tu, tal vez tampoco podría, incluso te entendería. 
Pero no, yo no soy de esas. Yo no lo hago porque sí, sino porque en cada uno de nuestros encuentros te regalo un trozo de mi. Creo que ya te lo he dado todo, me siento como desnuda, como vacía, como sin aire. Me siento que estoy, me siento como que estoy en algún lado, pero no sé muy bien en donde. 
Lo peor fue tu insistencia. (sin duda lo fue) (y solo fue un par de líneas) (no imagino que diría más arriba)
Espero que al menos cocine bien y que te guste lo suficiente como para poder compartirla con todos los demás.
Espero que sea lo que buscabas, lo que en mi faltaba, que a ella le sobre y le chorree hasta más no poder.
Espero poder decirte todas estas cosas, sabes bien que hablando soy un engendro, espero recuerdes leerme y no tenga que recordar mis palabras y dictartelas. No quiero. 
Discúlpame por amarte tanto, discúlpame porque no sabía que podría amarte de esta manera. Discúlpame porque me entrometí, en serio, perdón. 

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